MÍ INFANCIA: SARA MÁRQUEZ

Nací el día 27 de Febrero de 1998,con 8 meses y dos o tres días,a las 12:05 de la noche,pesé 2 kg 700 g.

Mi madre cuando siendo yo un bebé me daba el pecho hasta las 2 semanas que ya empecé a beber el biberón.

La primera palabra que dije fue "PAPA".

Empecé a andar 1 semana antes de cumplir el año.

Mi madre me quería poner de nombre Sara o Elena, pero me puso Sara porque mi tía decía: Que Elena "Se parecía al nombre de los polvos de lavar".

Ahora mismo estoy terminando la etapa de la infancia y empezando la juventud.

En la etapa que estoy entrando me gusta porque voy teniendo más responsabilidad pero por otra parte no me gusta porque me voy a ir alejando de mis padres.

Nunca he utilizado chupo me chupaba el dedo hasta los 5 años.

Utilicé pañal hasta los 2 años y medios.

Cuando me hicieron los agujeros para ponerme los pendientes lloré mucho; no paré de llorar hasta el rato que me pusieron los pendientes.

Ahora voy a contar algunas anécdotas de cuando era pequeña:

Una vez, recién comprado mi coche, me puse a pintarlo con una piedra, intentando hacer lo mismo que mi hermana, pero mi hermana estaba pintando en la acera.

Cuando yo era pequeña era muy mala y no me estaba quieta ni un segundo.

Así que a mí un día se me ocurrió una cosa, ahora lo voy a contar:

La puerta del patio de mi casa estaba abierta y yo estaba montada en el tacatá, cogí carrerilla y me salté el primer escalón y como fui muy valiente me intenté saltar el otro escalón, esta vez sin coger carrerilla, salté me caí de boca y me rompí una paleta.

Cuando era pequeña y mi madre estaba durmiendo y yo despierta. Como ella no quería meterme en la cama me ponía a empujar la cuna hacia la cama me saltaba a su cama y me acostaba. Cuando mi madre se levantaba me veía en su cama durmiendo, le preguntaba a mi padre si él me había metido en la cama y él le decía que no... Ella se decía: ¿Cómo ha llegado esta niña aquí?

Todos los días hacía lo mismo, hasta que un día mi madre se hizo la dormida y me pilló.

Al día siguiente me puso muy alejada de la cama; pero a mí me daba igual... seguía saltándome.